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Juan Gabriel Sánchez: «Todos los colectivos deberían estar representados en las instituciones»

El Congreso de los Diputado incluye a 6 parlamentarios de la comunidad gitana en la legislatura actual

La comunidad gitana es uno de los colectivos españoles menos considerados en la vida pública. La sociedad les ha ido apartando en épocas pasadas y eso ha provocado una gran desigualdad con respecto al resto de españoles.

1 de cada 50 miembros de las instituciones forma parte del colectivo gitano. Una cifra muy diferenciada si se compara con el resto de representación. El número de concejales y concejalas españoles que forman parte del pueblo gitano no alcanza ni los 100. «Quien gobierna tiene que gobernar para todos», afirma Juan Gabriel Sánchez, concejal gitano en el municipio de Burjassot.

La poca representación de los miembros de esta comunidad se ha observado a lo largo de los años. En 1977 salió el primer diputado gitano de España, Juan de Dios Ramírez-Heredia. «El colectivo gitano no ha sido un colectivo que tradicionalmente haya estado integrado en la vida pública», argumentaba Rafa García García, alcalde de Burjassot. Sin embargo, la realidad es muy diferente.

Actualmente, en las últimas elecciones surgieron elegidos 4 diputados gitanos al Congreso, el doble que la legislatura anterior. Beatriz Micaela Carrillo de los Reyes (PSOE), Juan José Cortés (PP), Sara Giménez (Ciudadanos) e Ismael Cortés (En Comú) fueron los elegidos, cada uno perteneciente a un partido distinto, por lo que se observa la inclusión por parte de todas las ideologías. «Siempre quienes nos representan tienen que ser el reflejo de lo que supone la sociedad», indica García.

La falta de representación o la desigualdad viene de la mano de los prejuicios creados por la sociedad desde la represión sufrida con el franquismo: «Es muy difícil erradicar desde el subconsciente», argumenta Sánchez. «Cuando te dicen “cuidado no te juntes con el gitano” o cuando buscas en Internet “gitano” y te sale una imagen que evidentemente no tiene nada que ver, eso no ayuda», añade el concejal.

Esta diferencia, además, se observa mucho más notoria en las mujeres: «El número de mujeres en cargos públicos es muy bajo ya de por sí, aún lo es más si la mujer es gitana. Se nos hace difícil demostrar y llegar a estos puestos», afirma Dolores Santiago, presidenta de la asociación Romi de València. A pesar de ello, cada vez hay más representación femenina en el ámbito público: «Tenemos mujeres que están trabajando con nosotros, tenemos mujeres gitanas de las que sentirnos orgullosos», indica el alcalde.

Cada vez más la incorporación del pueblo gitano en la agenda pública y en las instituciones aumenta. Desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 han creado la Estrategia Nacional para la Igualdad, Inclusión y Participación del Pueblo Gitano 2021-2030, el cual desarrolla marcos normativos, recomendaciones y planes estratégicos para mejorar las condiciones y a los derechos sin distinción de origen racial o étnico, sexo o nacionalidad.

«El mero hecho de que vengáis a entrevistarme a mí, ya muestra que es algo raro que haya un gitano en este puesto. Pero esto no debería ser ningún tipo de noticia», afirma Juan Gabriel. A pesar de la inclusión que cada vez más se muestra, sigue habiendo mucha desigualdad y un largo camino para conseguir los mismos derechos.

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