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La brecha laboral del pueblo gitano

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La tasa de paro en la comunidad gitana es el triple que la media nacional española

España se sitúa con la tasa de paro más alta en la Unión Europea en 2022, con un porcentaje de un 12,5%, a pesar de que el Gobierno anunció que el desempleo bajó en más de 27.000 personas en el mes de octubre. En el caso de la comunidad gitana española, existe una desigualdad generalizada respecto a la población general en cuanto a casos de discriminación, empleo y exclusión social. Esta situación afecta sobre todo a los menores y a las mujeres.

En el caso de la situación laboral, hay una brecha significativa entre la población gitana respecto al resto, el cual está directamente relacionada con los problemas de pobreza y exclusión social.  Según el último estudio de la Fundación Secretariado Gitano, Informe Anual Discriminación y Comunidad Gitana, en 2021 la tasa de paro de la población gitana se sitúa en un 52%, el triple que la media nacional española. De las personas asalariadas, un 73% tienen trabajos temporales y el 46% recibe un ingreso mensual inferior a los 316 euros. Asimismo, según el estudio de la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales (FRA), España presenta los peores datos de desempleo y pobreza en el caso de la comunidad gitana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En cuanto a la muestra de 6.563 alumnos estudiantes en 138 centros escolares de las diferentes ciudades españolas, se obtienen los siguientes resultados: cinco de cada diez alumnos gitanos y gitanas se encuentran en centros segregados, y un 42,8% de ellos en centros de segregación severa. También se concluye que si dicho alumno está en un centro segregado, hay más probabilidad que deje antes sus estudios (aproximadamente en 2º de la ESO). A todo ello también influye los casos de discriminación hacia el colectivo gitano en los colegios. Según el Informe Anual de Discriminación y Comunidad Gitana 2022, durante el año anterior se han recogido 51 casos de este tipo. Así, la Estrategia Nacional para la Igualdad, Inclusión y Participación del Pueblo Gitano 2021-2030, se está trabajando para lograr algunos avances en el ámbito educativo y garantizar la escolarización y la inclusión de niños y niñas gitanas en la educación infantil y secundaria, al igual que la reducción de la tasa de juventud perteneciente a la comunidad gitana que no estudia ni trabaja.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Uno de los causantes de las desigualdades socioeconómicas que sufren las personas gitanas es debido a la baja tasa de empleo, y por lo tanto, a las diferencias que sufren en el ámbito educativo. Según la Fundación Secretariado Gitano (FSG), tan sólo el 17% de la población gitana mayor de 16 años tiene estudios completos de ESO o superiores frente al 80% del resto de la población. Asimismo, el 63% de los jóvenes entre 16 y 29 años ni estudian ni trabajan frente al 15% del resto de jóvenes.

Una de las causas por las que el alumnado gitano abandona sus estudios post obligatorios es debido al alto porcentaje de segregación escolar que hay en los colegios o institutos, además que este afecta a la calidad de su rendimiento. Es por ello que la FSG en colaboración con el Ministerio de Educación y Formación Profesional presentaron el pasado mes de septiembre un estudio piloto que analiza la segregación escolar en seis ciudades españolas.

La pobreza y exclusión afecta a más del 80% de la población gitana. Esta situación es aún más vulnerable para las mujeres, que sufren en mayor medida la desigualdad en los ámbitos laboral, educativo y responsabilidades familiares, así como respecto a las posibilidades de proyecciones de futuro. 

 

Las mujeres gitanas sufren una triple discriminación: respecto al género, el origen étnico y el nivel académico (Mujeres gitanas y mercado laboral: mecanismos para superar su triple exclusión, 2004).

 

Como el resto de mujeres, por razón de género la gitana sufre diversas discriminaciones en la vida pública como la dificultad para ascender a cargos altos aún teniendo un currículum competitivo (techo de cristal), o un salario menor que el de un hombre que realiza la misma tarea laboral que ella (brecha salarial). Asimismo, la responsabilidad familiar y crianza sigue estando directamente relacionada con las mujeres, hecho que repercute en sus posibles proyectos laborales; esto se ve incrementado por el concepto clave de maternidad en la cultura gitana.

En España se han llevado a cabo ciertas iniciativas respecto a la situación laboral de la comunidad gitana, consiguiendo así más oportunidades para este sector de la población. En primer lugar, La Fundación Secretariado Gitano de València lleva 20 años ofreciendo el programa «Acceder», un proyecto para ayudar en la inclusión laboral de las personas gitanas. Ha conseguido garantizar un puesto de empleo a un total de 3000 personas en la Comunitat Valenciana y la presidenta de la FSG, Sara Giménez, señala que los objetivos de estos programas son la mejora de las condiciones de vida de esta comunidad; acabar con las brechas de desigualdad y plantear las cuestiones de lucha contra la discriminación en el sector. Además, los dos pilares fundamentales de este proyecto son: el empleo y la educación.

La formación educativa, una tarea pendiente 

Las mujeres gitanas, triplemente vulneradas 

Iniciativas laborales y educativas

Por la etnia la comunidad gitana sufre exclusión en todos los ámbitos de la sociedad, marginación y discriminación. En la población general, aún es notable la inserción laboral respecto a hombres y mujeres, pues esto empeora significativamente si la mujer es racializada o de diferentes grupos étnicos. Esto responde al racismo sobre todo en puestos de trabajo de gran responsabilidad o donde la imagen cobra importancia, ya que la visión del pueblo gitano está bajo unos estereotipos negativos relacionados con la delincuencia y la incompetencia. 

 

Además, sufren una menor tasa de alfabetización y formación de calidad, hecho que afecta también a la inserción laboral. Las mujeres gitanas que finalizan la E.S.O suponen el 15,5% respecto al 95% de la población general, así como la tasa de analfabetismo es de un 14% respecto al 6% de los hombres gitanos y el 2% de la población general. Esto se ve a niveles generales en la baja presencia de personas gitanas en las universidades, hecho que suma a que las necesidades de las mujeres gitanas sufran silencio en las luchas sociales. Es decir, la exclusión educativa ha afectado a la ausencia del discurso de la gitana en el movimiento feminista, así como en las instituciones públicas, y, por tanto, la invisibilización de sus necesidades y demandas. Pues, el movimiento se ha desarrollado en base a las demandas de la mujer blanca, occidental, de clase media y académica, hecho que actualmente se trata de remediar con los discursos interseccionales, como explica Dolores Santiago, presidenta de la asociación Romi, en la entrevista realizada por Veu Diversa. 

Por otro lado, esta misma fundación ha creado, a raíz de este programa, la campaña «Pan para mañana» la cual va dirigida a la juventud de la comunidad gitana y cuyo objetivo es reclamar el acceso a las oportunidades laborales, políticas de empleo que sean funcionales y soluciones al respecto para conseguir un futuro digno.

 

En cuanto a las mujeres, desde los servicios sociales, el principal problema que se detecta es la inexistencia de medidas públicas adecuadas para apoyar y acabar con la situación de exclusión en la que viven actualmente. Por ello, uno de los mecanismos vigentes a día de hoy es el asociacionismo de mujeres ya que ayuda a superar este tipo de exclusión y a reclamar la incorporación al mercado laboral regular.

 

El Instituto de la Mujer y para la Igualdad de Oportunidades colabora con la FSG en el programa SARA: una propuesta en la que se ayuda a las mujeres pertenecientes a minorías étnicas a la posible inserción sociolaboral. Se hace a través de un proceso de facilitación de información, motivación y asesoramiento para el empleo. Cabe destacar que esta iniciativa está expuesta en un Convenio entre el instituto y la federación y en ella se demanda la aplicación presupuestaria para el desarrollo de SARA. La Fundación Cepaim, Cruz Roja Española y la Federación Española de Universidades Populares también colaboran en el proyecto. Se llevará a cabo mediante una serie de itinerarios de inserción que tiene de plazo hasta finales de este mes; cuenta con 3 fases: Motivación Personal, capacitación profesional y orientación laboral y fomento de emprendimiento.

En cuanto al ámbito educativo, la FSG ha llevado a cabo una alternativa frente a la situación educativa de la comunidad gitana mediante el Programa Promociona. La finalidad es conseguir que los jóvenes finalicen sus estudios tanto obligatorios como superiores y evitar el abandono de estos.

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